viernes, 5 de agosto de 2011

SONATA PARA UN DESTIERRO

Llego el noble caballero,
de las cruzadas triunfante,
¡La sangre vistió el acero!
¡De su armadura brillante!

De la brida su caballo,
en la siniestra mil flores,
acerca triste el lacayo,
en sus ojos ¡Mil temores!

Desmonta con firme paso,
la cara blanca en palidez,
su llanto se torna graso,
su rostro...Total rigidez.

¡Increpa duro al sirviente!
¿El paradero de la esposa?
Este que jamás le miente,
¡Solo su silencio esboza!

Le narra con lenta pausa,
lo sucedido en la ausencia,
¿Por que la tristeza encauza;
El castillo sin clemencia?

Al pueblo llego un mancebo,
que cortejo a  pulcra dama,
su belleza  sirvió en cebo,
para robarla en su cama.

Después de pasar mil lunas,
la dama marcho sin tregua,
por bosques secos y dunas,
cruzaron juntos la legua.

Las rodillas del guerrero,
se mezclan en sucia tierra,
las flores junto al acero,
¡Las flores color de guerra!

Un día tomo al caballero,
regalar sus propiedades,
regalar todo el dinero,
despedir sus amistades.

Solo el caballo acompaña,
unos duros en un saco,
la tristeza la honra empaña,
curada por el dios baco.

El juglar al pueblo llega,
su canto ¡Narra tristeza!
El llanto su vista ciega,
¡Baja deja su cabeza!

El noble dejo la vida,
¡La espada clavo su pecho!
¡Era la imagen dormida!
el hombre en su duro lecho.

En circulo al rededor,
las flores le dieron vela,
el noble murió de amor,
el bosque de amor lo cela.

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