jueves, 24 de enero de 2013

PARA NO SER LA ESPINA DEL ROSAL


¡No quiero ser dolor que no mitigue;
ni cansancio que de tu vida cause llaga,
la presencia fatal que te fustigue,
ni el otoño en tus abriles como plaga!

¡No quiero ser el invierno de tu vida,
enfermo vejestorio en el armario!
¡Sabido es que mi noche es carcomida...
mientras mis letras solo son un formulario!

¡No quiero perecer en la vergüenza,
prefiero solo tener lastima de mi,
no permitir una lagrima ni ofensa,
de los seres queridos que ofendí!

¡No quiero ser la espina en el rosal!
¡Para no lastimar de forma innecesaria!
¡Prefiero a veces dejar del rió el caudal...
dejando mi sentir como forma secundaría!

¿Acaso es que de no querer...se quiere más?
¿Y lo que mas se quiere causa espanto!
¡Es malo que de querer caiga el encanto;
con desencanto de clara vista en los demás!

¡Ay que mis llagas son cortantes en mi pecho!
¡Me duele el corazón sin dar motivo!
¡Exiliado soy! ... ¡Lo exijo por derecho;
para sacar la espina con que vivo!

¡No quiero ser el principio en mi final!
La nota lúgubre en inicio de sonata,
¡Solo quiero, que me recuerden cual mortal!
¡De la carta el escrito en la posdata!

La espina en la sangre ya reseca,
clavada en mi mano por obsesa,
el alma redimida...¡Ya no peca!
¡Ni se peca en el rosal cuando se besa!

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