sábado, 10 de diciembre de 2011

DUERME LA LUNA EN MI ESPALDA


Cierro los ojos mientras respiro la luna
tendido sobre la cama arrullado por mi duna,
cierro la luz, que habita mi recinto,
cierro el universo por mi espalda,
donde alegres mis nostalgias pinto.

Me cobijo en la espesura del ocaso,
esperando el aroma de la vida,
me cobijo con los brazos el regazo,
tapando el frió con un abrazo,
cobijando la luna distendida.

¡Me niego a sorprenderme de las flores!
Prefiero navegar por las estrellas,
¡No quiero escuchar los ruiseñores!
Me niego a sentir los estertores,
tan solo quiero ¡Las noches que son bellas!

Abdico con la noche y su belleza,
me vuelvo el esclavo de la luna,
¿Sera que se alimenta mi tristeza?
¿Sera donde  descubro su realeza?
vertida en el espejo una laguna.

No desdeño en abrir mas la ventana,
la ventana del alma acongojada.
no desdeño en soltar mi carcajada,
negando el florecer de una mañana,
esperando que la luna... Me deje una mirada.

¡Hay del que no descubra en la penumbra!
El sabor dulce de la noche incierta,
¡Hay de aquel que la mañana terca;
espera en su razón mas cierta!
no ve la luz con que la noche alumbra.

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