El niño que tras la puerta asoma,
¿En su intento... robar dulce banquete!
¡Remojando los labios se retoma,
a llevar el manjar en su trinquete!
¡La dama del espejo es tan hermosa;
preparando la noche con delicia!
¡Fingiendo ignorar la mirada belicosa;
que su cuerpo recorre por caricia!
Leve linea que atraviesa en la cordura,
por ese amor embriagante y torrencial,
¡Un hombre maduro en su armadura;
es un niño en su bola de cristal!
¡Voltea sin voltear... solo simula!
¡Que sus ojos, se posen con sorpresa!
¡Es principio de la caricia que estimula,
donde el hombre desatina su cabeza!
El banquete envuelto en su pijama,
se levanta sonriendo muy coqueta,
se cuelga del cuello..,¡ Y le reclama;
con su picara sonrisa pizpireta!
¡Decir de su amor... es tan poquito!
En sus miradas se vierte la corriente,
¡Un niño hombre que baila de loquito,
en sus noches de loco es muy frecuente!
Si por amar el precio es la ternura,
Con que se nutre en toda expectativa,
¡Dichoso paga sin temor que su locura!
¡Por la doncella mantenga siempre viva!
¡Ay del ángel! ¡Que por hermoso brilla!
En el vaivén de su silueta obscura,
¡De verla levantarse de la silla...
o acercarse dando aumento de tortura!
El pelo sobre sus hombros deslizado,
abruma la tolerancia del señor,
¿Queda junto de la hermosa hipnotizado;
que profiere por la dama tanto amor!
¡Solo espera que su amor nunca termine!
¡Enamorado da la vida el caballero!
¡La dulce dama es sol que deja en su ilumine;
el amor embriagador suave y sincero!
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