-El sillón donde descanso mis letargos,
abrumadores en su morvida secuencia,
son tan flexibles los recuerdos pargos,
¡Como inflexible su temor a la paciencia!
-¡De lo impalpable! Los dibujos claroscuros,
donde aparecen marionetas somnolientas,
los dulces niños ¡Comiendo panes duros;
imágenes claras que perduran por lo lentas!
-Las tibias manos de una madre y su camada,
que acurrucaban en un cuarto su miseria,
-¡Dando a sus hijos ese tibio porvenir en alborada!
-¡Mientras un ogro los carcomía con vos de histeria!
-¡Crecieron años! Igual que múltiples razones,
¡Para quemar en la escuela con más prisa...
para sentir que inflama sangre por rojos corazones!
¡Como apagaron su vida en pizarrines con la tiza!
-¡La lluvia entonces.. se volvió en mi cual manantial!
Por mis hermanos mi madre y sus consejos,
-¡Buscaba entonces de mi vida ser lo ideal!
-¡Sin pretender ser la obra maestra de unos viejos!
¿Si bueno fui? No lo asimilo en mis recuerdos,
¿Si malos fui? Tampoco es para mi prevaleciente,
las imágenes de mis pasos siempre lerdos,
son vagabundas de un pasado displicente.
¡Llego el amor con su aroma de verde primavera!
Que transformo en su vientre mi locura,
el dulce sueño tomo forma ajeno a la quimera,
-¡Cuando abrace en mi pecho a mi criatura!
De los recuerdos que abominan mi cabeza,
-¡Evito ser pirata de mis propias tempestades!
Guardo en mi mente a una madre cuando reza,
o a una hermana de infinitas cualidades.
-¡Pero guardo en ese cofre de modo receloso!
A un niño que siendo hombre ¡No vive de la risa!
¡Peca en su vivir por tornarse cauteloso!
pero vive por morir... ¡Corriendo con más prisa!
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