Bailarina en dulces vuelos,
causante de mis desvelos,
de la ventisca florida,
con que se llena mi vida.
Bailarina en dulce danza,
creciente de mi riachuelo,
salta tu faldón al vuelo,
el cielo que azul se alcanza.
¡Nunca dejes bailarina,
bailar en las amapolas,
que su envidia no es dañina,
bajo tus pies bailan solas!
El mismo sol es sendero,
para solfear tus danzares,
tu pelo envuelto en azahares,
¡De luz radiante lucero!
¿Sera mi niña preciosa,
que por eso es que te quiero?
¡Y de quererte te siento,
en mi corazón latente,
tu baile es paso del viento,
tu el pasado y mi presente!
¡Baila, baila, bailarina!
Que los bosques son tu pista,
¡Eres mi mujer divina,
de color suave amatista!
¡El pelo sobre tu frente,
sobre tus ojos hermosos,
musicalidad silente...
en tus labios tan jugosos!
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